Baldomero se levanta temprano, arma un “fino” de marihuana a medida, da una pitada y empieza el día acompañándolo con un cigarrillo o una taza café. Esta ha sido su rutina desde los 40 años y considera que no ha tenido una vida menos exitosa que la de sus amigos, ni ha sido un dependiente de la droga como presume la mayoría sobre los fumadores de hierba.Nota completa:
http://www.larepublica.pe/16-06-2013/la-hora-del-cannabis
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