El ministro de Justicia quiere culminar la elaboración del proyecto antes de fin de año.
En Clarin...
La Presidenta dijo que "los adictos no son criminales". Y llamó a combatir a traficantes.
PRESENTACION DE UNA ENCUESTA NACIONAL SOBRE CONSUMO DE ALCOHOL, TABACO, PSICOFARMACOS Y DROGAS ILEGALES
Por primera vez desde que el ministro Aníbal Fernández lanzó el proyecto de despenalizar el consumo personal de drogas ilegales, la Presidenta Cristina Fernández apoyó públicamente la iniciativa. Lo hizo con una cuidada frase: "No me gusta se condene al que tiene una adicción como si fuera un criminal. Los que tienen que ser condenados son los que venden la sustancia". Hoy el Código Penal establece que incluso la tenencia de una pequeña cantidad de drogas para el consumo personal es un delito y la mayoría de las causas de drogas recaen en usuarios, aunque la jurisprudencia está a favor del cierre del expediente o la derivación a un tratamiento. El proyecto del Gobierno, es darle a los adictos (representan menos del 20% de los consumidores) un tratamiento, a los usuarios de drogas concientización, a la población general prevención y dejar para el sistema penal a los traficantes y lavadores de dinero. Esto significa pasar del paradigma represivo impulsado por los Estados Unidos, al de "reducción de daños" adoptado hace más de 10 años por Europa.
Al bajar del estrado y saludar a los expertos miembros del Comité Científico Asesor que trabaja en el tema, Cristina fue más directa: "Espero ese proyecto de ley", les dijo, en referencia a la propuesta de modificar la ley de drogas sobre la que trabaja la Comité, incluso con miembros del Parlamento y expertos de todas las áreas. El trabajo de los expertos comenzó hace tres años, bajo la órbita de Fernández ministro del Interior, y se mudó con él a Justicia.
Hasta ahora, el único que había puesto la cara por la despenalización era el propio Fernández, pero junto a Cristina, ayer en la presentación de una mega encuesta nacional sobre consumo de sustancias psicoativas -tabaco, alcohol, psicofármacos y drogas ilegales- en la que se basará el diseño de políticas preventivas, estaba medio gabinete: la acompañaron los ministros de Interior (Florencio Randazzo), Desarrollo Social (Alicia Kirchner), Educación (Juan Carlos Tedesco), Salud (Graciela Ocaña) y Trabajo (Carlos Tomada).
La presencia de tantos ministros, además de darle volumen político al acto, tuvo que ver con que aquello que comenzó como un proyecto de reforma de ley se fue ramificando hasta convertirse en uno de los mayores emprendimientos interministeriales: la idea es que junto con la propuesta de despenalización, Educación aporte programas de prevención, Salud tratamientos, Trabajo capacitación y salida laboral, y Desarrollo Social, contención y mejoramiento de las condiciones de vida.
El Comité está coordinado por la fiscal Mónica Cuñarro -conocida por su investigación sobre el narcotráfico en la villa del bajo Flores- y compuesto por prestigiosos juristas -Horcacio Cattani, Patricia Llerena y Roberto Falcone- y académicos -Eva Giberti y Alberto Calabrese-.
En una intervención de tono intimista y sin grandes anuncios, Cristina llamó a hacer "un pacto en la sociedad" para "poder ayudar y ayudarnos a comprender el problema, porque si uno no lo conoce no puede formular las políticas adecuadas para solucionarlo".
La había antecedido Fernández, quién hizo un puntilloso repaso de los primeros resultados de la encuesta con hincapié en que el mayor problema de las sustancias psicoactivas es el alcohol, con un consumo abrumador (76% de la población) y presente tanto en delitos, accidentes de tránsito y muertes de manera infinitamente mayor a las drogas ilegales.
En la primera fila del auditorio se sentó José Ramón Granero, titual del Sedronar y conocido opositor al proyecto despenalizador de Fernández. Ayer, su postura quedó definitivamente sepultada por el discurso oficial.
Fuente: Clarín